lunes, 12 de septiembre de 2016

Los 100 partidos más inolvidables en Mundiales, parte 6

PUESTO NÚMERO 50
Argentina-Alemania (3 de julio de 2010)



Argentina: Romero; Otamendi (Pastore), Demichelis, Burdisso, Heinze; Rodríguez, Mascherano, Di María (Agüero); Messi; Higuaín, Tevez. DT: Maradona.
Alemania: Neuer; Lahm, Mertesacker, Friedrich, Boateng (Jansen); Khedira (Kroos), Schweinsteiger; Müller (Trochowski), Özil, Podolski; Klose. DT: Löw.

En cuartos de final de Sudáfrica 2010 se volvían a cruzar Argentina y Alemania, en lo que era la revancha del duelo en la misma instancia del Mundial anterior, que había terminado con triunfo germano por penales. El resultado fue el mismo, pero con un marcador totalmente diferente: Argentina recibiría su peor goleada por Copas del Mundo desde 1974. Todo empezó mal, ya que a los tres minutos, Alemania pasó al frente en el marcador. Tras un tiro libre de Schweinsteiger, apareció solo Müller para desviar de cabeza la pelota y meterla adentro del arco. Luego, ambos equipos atacaron mucho.

Klose casi marca el segundo, pero la tiró arriba casi en soledad. También probó Podolski con un remate de lejos que se fue cerca. Antes de eso, Higuaín anotaba el empate, pero le cobraron offside a Tevez al comienzo de la jugada (dos metros adelantado). En el complemento, Argentina probó con remates de larga distancia de Di María (cerca del palo) y de Tevez (a las manos de Neuer), mientras que Romero le sacó un gol a Klose al anticiparle el centro. Pero con el correr de los minutos, la albiceleste se empezó a desacomodar atrás en busca del empate, y Alemania lo aprovechó, marcando el segundo a los 23, cuando Podolski entró solo en el área, y solo tuvo que tocar al medio para que esta vez si pudiera anotar Klose. A los 29, los alemanes liquidarían. Schweinsteiger entró sin problemas al área, dejó parado a Higuaín, llegó hasta el fondo y tocó atrás, para la entrada goleadora de Friedrich.

Argentina se desarmó todavía más, quedó sin ideas y sin defensas, y así terminó sufriendo el cuarto gol, a los 44, cuando Klose (solo, muy solo) remató de primera en el punto penal un centro de Özil. Resultado abultado por el trámite del partido, pero triunfo justo. Pasó Alemania, que finalmente sería tercera. En 2014, estos dos equipos volvieron a enfrentarse, pero esta vez en la final. Y como ya sabemos, nuevamente ganaron los alemanes, 1-0 con un gol sobre el final del segundo tiempo suplementario. A pesar de que en el historial manda Argentina (10 triunfos contra siete de Alemania, y cinco empates), si reducimos los enfrentamientos a solo los jugados en Mundiales, Alemania ganó cuatro encuentros, Argentina solo uno (la final del 86), y empataron dos veces.

PUESTO NÚMERO 49
Italia vs. Checoslovaquia (10 de junio de 1934)



Italia: Combi; Monzeglio, Allemandi; Ferraris, Monti, Bertolini; Guaita, Meazza, Ferrari, Orsi, Schiavio. DT: Pozzo.
Checoslovaquia: Plánička; Čtyřoký, Ženíšek; Krčil, Čambal, Košťálek; Puč, Nejedlý, Svoboda, Junek, Sobotka. DT: Petrů.

Desde tiempos inmemoriables (?), la política estuvo inmiscuida en el fútbol. ¿Y como la final de 1934 iba a ser la excepción? Esa Copa, jugada en Italia, era una excelente oportunidad para Mussolini de hacer propaganda de su régimen fascista. Desde un comienzo, el dictador dijo que Italia debía ganar el Mundial como sea. Y el camino de Italia estuvo plagado de escándalos. En cuartos, a España le anularon dos goles “dudosos”, y a los locales le convalidaron uno ilícito. En las semifinales ante Austria, los italianos pegaron con total impunidad. El mensaje era claro. Vale aclarar que el famoso telegrama con la frase “vencer o morir” corresponde a la final de 1938, pero básicamente el mismo concepto se aplicaba aquí, cuatro años antes.

En la final, el rival era Checoslovaquia, un pesado de la época, no tanto como Austria, pero equipo fuerte al fin y al cabo, El partido fue muy lindo (?), trabado como buena final, aquella calurosa tarde en Roma (40 grados dicen que hacía). Sorpresivamente, los chechos se adelantaron en el marcador a los 25 minutos del complemento, por intermedio de Puč, que con un potente remate venció la resistencia del arquero Combi. Se venía la noche para el fascismo italiano parecía, pero no fue así, hubo que esperar hasta 1943 (?). Checoslovaquia dejó pasar dos chances claras de liquidar el encuentro (un tiro en el palo incluido), y lo pagó carísimo, porque a los 36 minutos, tras una corrida del argentino Guaita, su compatriota Orsi sacó un zurdazo que se desvió en el mismo (!), descolocando al portero Plánička. 1-1 y final del partido, y había que jugar el alargue.

Y cuando iban apenas cinco minutos, llegaría el gol del triunfo italiano. Los chechos decidieron dejar de marcar al gran Meazza, porque estaba lesionado, pero en una jugada, la pelota le llegó a él, que en soledad abrió para Guaita, que metió el centro para Schiavio, que anotó el 2-1 final para el delirio de Mussolini y del pueblo italiano. Terminó el partido y el local se consagró campeón. También hubo quejas respecto al arbitraje, e incluso años después se supo que los argentinos Monti y Demaria (que solo jugó un encuentro en todo el torneo) no estaban habilitados para jugar por Italia según las reglas de la época, que decían que el jugador que ya hubiese jugado para una selección no calificaría para jugar en otra sino después "de un plazo de tres años de residencia en el territorio de su nueva asociación". Pero bueno, ¿quién les quita lo bailado? (?).

PUESTO NÚMERO 48
Alemania vs. Italia (4 de julio de 2006)



Alemania: Lehmann; Friedrich, Mertesacker, Metzelder, Lahm; Schneider (Odonkor), Ballack, Kehl, Borowski (Schweinsteiger); Klose (Neuville), Podolski. DT: Klinsmann.
Italia: Buffon; Zambrotta, Cannavaro, Materazzi, Grosso; Camoranesi (Iaquinta), Pirlo, Gattuso, Perrotta (Del Piero); Totti; Toni (Gilardino). DT: Lippi.

Luego de eliminar a Argentina por penales en cuartos de final, Alemania continuaba en su marcha hacía el título en su Mundial, el de 2006, el que organizaron ellos. Pero en semifinales tenían una parada brava, Italia. Sus jugadores parecían no prestarle atención al escándalo desatado por arreglo de partidos que provocaría el descenso administrativo de la Juventus. En cuatro minutos, Totti probó a Lehmann con un remate violento de más de 30 metros, pero nada de real peligro. 10 minutos después, el arquero alemán le anticipó un ataque a los italianos, que iba a ser con Perrota yendo mano a mano con la portería, mientras que a los 24, Materazzi erró un cabezazo en la puerta del área alemana. A los 30, un centro desde la izquierda de Grosso fue rematado por Toni, pero Metzelder estaba encima, rebotó en él y se fue al córner, ante una chance muy clara.

Era todo de Italia, pero a los 35, los volantes de la azurra perdieron una pelota en el medio, la pelota le quedó a Klose, que tocó a la derecha para la entrada solitaria de Schneider, que remató y le erró al arco por muy poco. Ya a los tres minutos del complemento, Klose comenzó a correr, le ganó la posición a Gatusso y quedó cara a cara con Buffón, pero el arquero ganó el duelo. Pero la más clara para Alemania fue a los 18, cuando Podolski recibió de espada al arco, y ante la llamativa pasividad de Materazzi, giró y remató, siendo su tiro atajado por el bueno de Buffón. Los 90 minutos terminaron, y era momento del alargue. Apenas iba un minuto, cuando Gilardino ganó por la banda derecha, llegó hasta el fondo, enganchó para adentro en la puerta del área chica, y remató, pero su tiro ¡dio en el primer palo! Un minuto después, Zambotta probó desde afuera del área y el remato pegó en el travesaño. Italia era mejor, pero no podía anotar. La respuesta alemana recién llegó a los siete minutos del segundo sumplementario, cuando Podolski recibió solo por izquierda, remató pero Buffón atajó genialmente.

Italia decidió que era momento de ganarlo. A los 13, Pirlo remató de zurda desde afuera del área, y Lehmann la sacó. De ese tiro de esquina, el rechazo le cayó a Pirlo en la puerta del área, este la metió adentro del área para Grosso, que de primera la clavó en el segundo palo. Locura total, Italia anotaba a falta de un minuto para que se cumpliera la media hora del alargue. Los alemanes no lo podían creer, tenían un minuto más la adición para intentar la heroica de igualar el encuentro. Fueron en busca del milagro, y lo pagaron caro, porque a los 16, de contra, llegaría el 2-0, tras una habilitación de Gilardino para Del Piero, que definió con una clase maravillosa. No había más tiempo. Los alemanes vieron como su fiesta fue arruinada por un invitado. Italia clasificó a la final, partido que finalmente ganaría. Alemania tuvo que conformarse con el tercer puesto.

PUESTO NÚMERO 47
Alemania Occidental vs. Holanda (24 de junio de 1990)



Alemania Occidental: Illgner; Berthold, Kohler, Augenthaler, Reuter, Brehme; Littbarski, Matthäus, Buchwald; Völler, Klinsmann (Riedle). DT: Beckenbauer.
Holanda: Van Breukelen; Van Aerle (Kieft), Koeman, Rijkaard, Van Tiggelen; Van 't Schip, Wouters, Winter, Witschge (Gillhaus); Van Basten, Gullit. DT: Beenhakker.

A finales de los 80 y principios de los 90, el duelo entre alemanes y holandeses era tenso y caldeado, como si fuese un clásico de toda la vida. Más allá de la pica que quedó post final del 74, el enfrentamiento entre esta generación de jugadores se originó en las semifinales de la Eurocopa 1988, donde Holanda venció a la Alemania local y pasó a la final, que ganaría con aquel famoso gol de Van Basten. Además, la suerte quiso que coincidieran en el grupo en las eliminatorias para Italia 90. Cada vez eran más picantes (?) los duelos, y para colmo, se toparon en octavos de final del Mundial. El partido empezó con todo, con Holanda teniendo las chances más claras.

Pero a los 21, se rompió el encuentro. Dura falta de Rijkaard a Völler, y el árbitro argentino Lousteau amonestó al holandes. Völler increpó a Rijkaard porque este lo escupió (!) post tarjeta, y para colmo también vio la amarilla por dicha reacción. Se ejecutó el tiro libre, y tras un mal cabezazo, Van Breukelen dominó, Völler casi lo choca, el árbitro cobró, y Rijkaard fue a buscar bardo. ¿Resultado? Roja para Rijkaard y para Völler. Mientras salían de la cancha, el holandes volvió a escupir al alemán. Luego de este incidente, los alemanes se acomodaron mejor en el partido, en parte gracias a la actuación de Klinsmann. En el complemento llegaron los goles. A los 6, tras un centro de Brehme desde la izquierda, el mismo Klinsmann anticipó a su marca y apenas desvió la pelota, pero lo suficiente para marcar el 1-0. Holanda dispuso de varias ocasiones para empatar, la más clara por intermedio de Wouters, que tiró afuera un remate cara a cara con el portero Illgner.

El juego se volvió demencial, ida y vuelta, con situaciones claras en los pies de Matthäus, Van Basten, Littbarski (este erró un mano a mano ante Van Breukelen) y Klinsmann en pocos minutos. Finalmente, a los 37 Brehme anotó un golazo. Recibió en el vértice izquierdo, se acomodó para su derecha, y la puso contra el segundo palo. A los 44, Koeman descontó de penal, pero fue tarde. Ganó Alemania, y su paso hasta el título no pudo ser detenido, mientras que Holanda sumó otra fracaso más en su lista. Ah, años después, Rijkaard y Völler hicieron las paces (con dinero de patrocinadores mediantes, claro está).

PUESTO NÚMERO 46
Uruguay vs. Argentina (30 de junio de 1930)



Uruguay: Ballestrero; Nasazzi, Mascheroni; Andrade, Fernández, Gestido; Dorado, Scarone, Castro, Cea, Iriarte. DT: Suppici.
Argentina: Botasso; Della Torre, Paternoster; Suárez, Monti, J. Evaristo; Peucelle, Varallo, Stábile, Ferreira, M. Evaristo. DT: Olazar-Tramutola.

La primera final. El Mundial de 1930 llegaba al partido decisivo, y se enfrentaban las dos potencias del momento. Por un lado, Uruguay, bicampeón olímpico y local. Por el otro, Argentina, campeón de América y subcampeón de los JJOO. La edición número 98 del clásico del Río de la Plata definiría nada más y nada menos al primer campeón del mundo. El partido tuvo de todo. El Centenario, sede de la final, estaba totalmente colmado varias horas antes del encuentro. Langenus, el árbitro del partido (de origen bélga), temía por su vida (?) ante la cantidad de personas que fueron a presenciar el partido. Es curiosa la historia del balón. Cada equipo quería jugar con el suyo. La leyenda dice que se usó una pelota en cada tiempo, aunque en realidad, hubo un sorteo y salió favorecida la Argentina.

El partido fue muy bueno, tuvo seis goles. Uruguay comenzó ganando, con un gol a los 12 minutos de Dorado, con un remate que pasó entre las piernas del portero argentino Botasso. Igual, rápidamente igualó Argentina, a los 20, con un gol de Peucelle tras habilitación de Pancho Varallo (el último sobreviviente de esta final, falleciendo en 2010, a los 100 años). Y a los 38, Stábile anotó el 2-1 parcial para la albiceleste, con un gol en aparente offside. A pesar de las protestas uruguayas, el árbitro Langenus convalidó el gol. En el complemento, el local se hizo notar, y a los 12 minutos, alcanzó el empate por intermedio de Cea. Ambos equipos se atacan con de todo (?), pero el Centenario se vino abajo cuando a los 23 minutos, Iriarte anotó un golazo con un remate de 25 metros que se clavó contra el palo de Botasso. Instantes después, Stábile casi anota, pero su remate dio en el travesaño.

Y a pesar de los intentos argentinos, finalmente Uruguay anotó el 4-2 definitivo, con un cabezazo de Castro, el hombre apodado “el manco”, ya que había perdido el antebrazo derecho. Y así terminó la final. Ganó la celeste, y se convirtió en el primer campeón del mundo. El Gobierno declaró asueto por tres días para que el pueblo festejara el título. Mientras tanto, en Argentina, la policía tuvo que actuar para evitar que prendieran fuego el consulado uruguayo. La público argentino acusó a Uruguay de un juego demasiado brusco y al árbitro de “permisivo”. Según dicen, las relaciones diplomáticas entre ambos países estuvieron a nada de romperse. Aún así, el equipo argentino aceptó la derrota y aplaudieron al campeón. Eran otras épocas (?).

PUESTO NÚMERO 45
Unión Soviética vs. Colombia (3 de junio de 1962)



Unión Soviética: Yashin; Chokheli, Ostrovski, Maslyonkin, Voronin; Netto, Chislenko; Ivanov, Kanevski, Meskhi, Ponedelnik. DT: Kachalin.
Colombia: Sánchez; Alzate, J. González, Echeverry, López; Serrano, Coll; Aceros, Klinger, Rada, H. González. DT: Pedernera.

Segunda fecha del grupo 1 en el Mundial de 1962. Se enfrentaban el campeón de Europa, la Unión Soviética, contra un novato en Copas del Mundo, Colombia. Cuando iban 11 minutos, los europeos ya ganaban 3-0 (!). A los 8, Netto y González pelearon una pelota, rebotó y le quedó Ivanov, que de zurda remató y marcó el 1-0. Dos minutos después, Chislenko e Ivanov armaron una pared, y el primero quedó cara a cara con el arquero Sánchez, y lo venció. Y al minuto siguiente, una pésima salida colombiana le dejó la pelota servida a Ivanov, que sin problemas marcó el tercero. A los 21, Colombia descontó, tras un pase filtrado de Serrano, apareció Aceros para rematar de manera poco ortodoxa al segundo palo de Yashin. Y así pasó el primer tiempo.

En el complemento, Colombia salió con todo, pero a los 11, la URSS parecía liquidarlo, porque Ponedelnik anotó el cuarto tanto comunista. Y aquí comenzó una de las más notables remontadas en la historia de los Mundiales. A los 23, Coll anotó el primer y hasta ahora único gol olímpico en Copas del Mundo. Pateó el córner izquierdo, el defensor que estaba parado en el palo la dejó pasar (!) y Yashin nada pudo hacer. 2-4. Una jugada insólita. Para colmo, cuatro minutos después, una jugada por izquierda entre Klinger y González terminó con un centro atrás por lo bajo para que aparezca por el medio Rada, que remató sin inconvenientes casi desde el punto de penal, y marcó el 3-4. Los culos comunistas se llenaron de preguntas, y con razón.

A los 41 minutos, llegaría la hazaña. Rada recuperó una pelota en su campo y sacó la contra, corrió 35 metros, metió un gran pase para Klinger, que anticipó la (floja) salida de Yashin, y antes de quedarse sin campo, remató e igualó el partido. Una locura de partido. Igualmente, para la fecha siguiente, Colombia se comió cinco de Yugoslavia y quedó afuera, mientras que la URSS clasificó en el primer puesto del grupo, aunque caería en cuartos de final ante el local Chile. Ah, por si no lo notaron, el Ivanov goleador de este partido ya lo nombré antes. Es el padre del árbitro del violento Portugal-Holanda del Mundial 2006.

PUESTO NÚMERO 44
Brasil vs. Polonia (5 de junio de 1938)



Brasil: Batatais; Machado, da Guia; Zezé Procópio, Martim, Afonsinho; Lopes, Romeu, Leônidas, Perácio, Hércules. DT: Pimenta.
Polonia: Madejski; Gałecki, Szczepaniak; Dytko, Nyc, Góra; Wodarz, Wilimowski, Scherfke, Piontek, Piec. DT: Kałuża.

Un partido de hace muchos años (?), pero que tuvo de todo. El Mundial de 1938, al igual que el de 1934, era a eliminación directa. Y en la fase iniciail (octavos), Brasil enfrentaba a la debutante Polonia. Y si se me permite la expresión, se dieron con de todo (?). A los 18 minutos, el gran Leônidas abrió el marcador, tras una jugada de derecha al centro, fue habilitado con un buen pase entre líneas, y en esa soledad, remató al ángulo. Soy fan de la técnica de los arqueros de hace 70, 80, 90 años. Ninguno volaba y parecía hacer gran esfuerzo para evitar los goles. En fin, cinco minutos después, Wilimowski entró en el área brasileña y fue tackelado (!) por Hércules. Penal, que Scherfke cambió por gol. Pero la igualdad duró solo dos minutos, ya que Romeu marcó el 2-1. Y a los 44, Perácio de cabeza marcó el tercero.

Para el segundo tiempo, comenzó un diluvio. Los sudamericanos quisieron jugar sin botines, pero el árbitro del encuentro, el sueco Eklind, no lo permitió. Igualmente, hay quienes dicen que los brasileños hicieron caso omiso, y aprovecharon el barro para disimular que estaban descalzos. Pero esto es más una leyenda QUE ELIJO CREER. Como fuese, en el complemento comenzó el show de Wilimowski. Anotó el 2-3 a los ocho minutos, y a los 14 marcó la igualdad. Los polacos estaban enajenados (?). Pero a los 26, pifiaron atrás y Perácio se fue solo y fusiló al arquero Madejski. Cuando todo hacía indicar que ganaría Brasil, Wilimowski anotó a los 44 el, justamente, 4-4. Y era tiempo del alargue. Cuando iban tres minutos, Leônidas volvió a ser determinante. Anotó el 5-4. Otra leyenda paralela (?), más creíble que la anterior, dice que solo este muchacho, el primer crack de la selección verdeamarelha (si, en aquel entonces no usaban casaca amarilla, no jodan), jugó descalzo, aunque sea un rato, y marcó este tanto en esa condición. El propio Leônidas marcó el 6-4 a los 14.

Otra vez parecía todo liquidado, pero ojo. Wilimowski anotó su cuarto gol en el partido a los 13 del segundo suplementario, y en la última jugada, Nyc reventó el travesaño. Era el 6-6, lo que hubiese obligado a jugar el partido nuevamente. Pero no. Ganó Brasil, y pasó a cuartos. Wilimowski es uno de los tres jugadores que anotaron tres o más goles en un partido en el que salieron derrotados. Interesante sujeto, nació en la ciudad de Katowice, en 1916, cuando era parte del Imperio Alemán. Cuando tenía seis, pasó a ser de Polonia. Y en 1939, con la invasión alemana a dicho país, volvió a ser germano. Eso si, Wilimowski tiene el mejor promedio de gol en la historia de los Mundiales (cuatro goles en un solo partido). Este encuentro está empatado junto a dos goleadas húngaras (10-1 a El Salvador en 1982 y 8-3 a Alemania Occidental en 1954) como el segundo partido con más goles en Copas del Mundo, solo superados por el 7-5 de Austria a Suiza en el 54. Mucha tela para cortar, ¿no?

PUESTO NÚMERO 43
Brasil vs. Suecia (29 de junio de 1958)



Brasil: Gilmar; D. Santos, Orlando, Bellini, N. Santos; Zito, Didi; Garrincha, Vavá, Pelé, Zagallo. DT: Feola.
Suecia: Svensson; Bergmark, Parling, Gustavsson, Axbom; Börjesson, Gren, Liedholm; Hamrin, Simonsson, Skoglund. DT: Raynor.

En un momento de la historia, Brasil no había ganado Mundiales. Pero en 1958, de la mano de Pelé, rompió el maleficio. Como ya les conté, en aquel Mundial, los jugadores más experimentados del conjunto sudamericano le exigieron al DT que comenzara a poner a unos tales Pelé y Garrincha. Y el andar de Brasil se transformó de tal forma que llegó sin problemas a la final. Por el otro lado, Suecia, el equipo local, venció en semifinales al campeón defensor, Alemania Occidental, y llegó al partido decisivo. El 29 de junio se vieron las caras en Solna, municipio ubicado al norte de Estocolmo. Y allí Brasil se convirtió en el primer y único sudamericano en salir campeón en Europa (además de ser el primero de cuatro seleccionados en dar la vuelta en territorio ajeno a su confederación).

Pero vamos por partes, porque a los 4 minutos de partido, Liedholm anotó el primer gol del partido, para adelantar a Suecia, y de paso, convertirse en el goleador más viejo en una final. Pero la diferencia en el marcador duraría solo cinco minutos. Tras ese tiempo, Garrincha humilló (?) por derecha, metió el centro bajo, y apareció Vavá para empatar. A los 32, Brasil pasó al frente, con un gol idéntico al primero. Garrincha, centró, Vavá, gol. Cuando iban 10 minutos del segundo tiempo, Pelé anotó uno de sus goles más famosos para poner el 3-1, y de paso, convertirse en el goleador más joven en una final de Mundial. Y a los 23, tras varios rebotes post corner, Zagallo trabó y ganó en el área, y tras quedar cara a cara con el portero sueco, anotó el 4-1.

Suecia recién pudo descontar a los 35, con un gol de Simonsson, definiendo cara a cara ante Gilmar. En tiempo cumplido, Pelé cabeceó antes que su marcador y, a pesar de no hacerlo bien, marcó el definitivo 5-2. Brasil se consagró campeón. El señor que debutó con un pibe (?) anotó seis goles en el torneo, al igual que el alemán Rahn. Ambos fueron los segundos máximos anotadores del certamen, lejos de las 13 animales conquistas del francés Fontaine.

PUESTO NÚMERO 42
Argentina vs. Italia (3 de julio de 1990)



Argentina: Goycochea; Ruggeri, Simón, Serrizuela; Basualdo (Batista), Giusti, Olarticoechea, Burruchaga, Calderón (Troglio); Caniggia, Maradona. DT: Bilardo.
Italia: Zenga; Bergomi, Baresi, Ferri; Donadoni, De Napoli, Giannini (Baggio), De Agostini, Maldini; Vialli (Serena), Schillaci. DT: Vicini.

Ni un guionísta podía pensar un duelo así. Primera semifinal del Mundial de 1990, partido que se debía disputar en Napolés. De un lado, el local, Italia. Del otro, Argentina, con su capitán, Diego Armando Maradona, capitán e ídolo absoluto del Napoli. La primera clara fue de Burruchaga, que probó desde afuera del área, pero Zenga voló y la mandó al corner. A los 17, una combinación entre los italianos le dejó la pelota a Giannini, que entró al área, rebotó con Ruggeri, y la pelota le quedó a Vialli, que remató, atajando el disparo Goycochea, pero el rebote le quedó a Schillaci, que en posición dudosa marcó el 1-0. Ganaba el local, y el público celebrara. Argentina, sin muchas ideas, comenzó a buscar el empate, pero apenas generó un remate de Maradona fácilmente controlado por el arquero. Pero a los 22 minutos del segundo tiempo, el estadio quedaría silenciado.

Pelota de Maradona, abrió a la izquierda para Olarticoechea, este se acomodó para su derecha y metió un buen centro, Zenga salió mal, y apareció Caniggia para anticiparlo y casi de espaldas impactó la pelota, marcando así la igualdad. Y el partido se fue, y era tiempo del suplementario. Allí, Goycochea comenzó a hacerse enorme al sacarle casi de adentro un remate de tiro libre al gran Baggio. Pero dos minutos antes de que terminara la primera parte, Giusti fue expulsado por golpear a un rival. Ante esto, Argentina se resguardo y apostó a los penales, instancia que había superado con éxito en cuartos de final para dejar en el camino a Yugoslavia. Italia fue más, pero no pudo romper la defensa sudamericana. El encuentro finalizó, y hubo que definir al finalista por penales. Los primeros seis remates fueron adentro todos. Los arqueros Goycochea y Zenga estuvieron cerca de atajar, incluso los tiros de Serrizuela y de Baggio ingresaron porque el tiro vencieron las manos de los porteros.

Era el turno del cuarto penal italiano, a cargo de Donadoni. Tiró al palo izquierdo, pero Goycochea voló y atajó. Llegó el turno de Maradona, que anotó con muchísima clase, sacandosé así la mufa por haber errado ante Yugoslavia. Era el turno de Serena, que debía anotar si o si. Pero otra vez, Goycochea atajó. Y de esa manera, Argentina clasificó a la final. Napolés no podía creerlo. De la mano de su máximo ídolo, Italia quedaba afuera de la final de su Mundial. Al día siguiente, por idéntico marcador y definición, Alemania Occidental vencía a Inglaterra. De la final ya hablé anteriormente, ¿para que repetir? La temporada siguiente sería la última de Maradona en el Napoli. Aparecería su primer doping positivo, la sanción de 15 meses, y su posterior salida a la fuerza del conjunto italiano para pasar al Sevilla español. Aún así, al día de hoy, el Diego es amado en dicha ciudad, donde fue campeón en cinco ocasiones, en un club que en sus 89 años de vida ganó 13 títulos.

PUESTO NÚMERO 41
Holanda vs. Costa Rica (5 de julio de 2014)



Holanda: Cillessen (Krul); De Vrij, Vlaar, Martins Indi (Huntelaar); Kuyt, Wijnaldum, Sneijder, Blind; Robben, Van Persie, Depay (Lens). DT: Van Gaal.
Costa Rica: Navas; Acosta, González, Umaña; Gamboa (Myrie), Tejeda (Cubero), Borges, Díaz; Ruiz, Campbell (Ureña), Bolaños. DT: Pinto.

Por primera vez en su historia, Costa Rica alcanzaba los cuartos de final de un Mundial. Había vencido por penales a Grecia en octavos, pero lo realmente meritorio para esta selección fue haber avanzado como ganadora de su grupo, en donde estaban Uruguay, Italia e Inglaterra. En esta nueva instancia, su rival era Holanda, que con mucha polémica, había vencido a México en la ronda anterior. En el partido, el equipo europeo fue claramente superior. A los 21 minutos, Depay abrió a su izquierda para Van Persie, que solo quedó a cara a cara con Navas, pero el arquero le tapó lo que era el gol. A los 38, Sneijder probó de tiro libre, pero el propio arquero voló espectacularmente para desviar al córner un remate que buscaba ser gol.

En el complemento, el equipo centroamericano se paró mejor, Holanda se armó de paciencia, y recién a los 36, Sneijder tuvo otro tiro libre, esta vez sobre el vértice derecho del área, pero su remate se estrelló en el palo. Y en la última, a los 47, Blind desbordó por izquierda, metió centro que cruzó el área, y le quedó por el otro lado a Van Persie. Remató con Navas ya vencido, pero su tiro dio en Tejada (llegó justo a pararse sobre la línea de gol) y el rebote fue directo al travesaño. Parecía que la naranja estaba sin suerte, caray (?). Ya en el primer suplementario, en tres minutos, Vlaar cabeceó de un tiro de esquina, pero Navas voló y la sacó. Recién a los 11 del segundo suplementario pudimos ver un remate claro de Costa Rica. Ureña, solo contra todos, se las ingenió para entrar al área y remató, haciendo lucir a Cillessen. Dos minutos después, Sneijder nuevamente remató al travesaño.

Al primer minuto de adición, Van Gaal dio la nota al cambiar al arquero. Sacó a Cillessen y metió a Krul para los penales. Resultó que fue algo meramente psicológico, ya que el ingresado no tenía un gran historial atajando remates desde los 12 pasos. Pero debe ser que hizo efecto, ya que Holanda terminó ganando 4-3, con Krul atajando dos penales. Ya en semifinales, ante Argentina, el encuentro nuevamente se definió por esa vía. Para esa ocasión, Krul no entró. Tendrá que ver o no, no se, pero allí, ganó Argentina.

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